A estas alturas y más o menos conociendo a mis lectores apostaría a que la gran mayoría ha estado en algún concierto. Cualquiera, desde los de bar como hace unos días en ''La Batería'' hasta uno de Justino Bieber en Madrid, me da igual (siempre que yo no vaya al segundo).
Imaginemos que es uno grande, por hacerlo mas épico (que no mejor) y vayamos directos al momento espectáculo. Llegados a ese instante hago una nueva apuesta: cuando suenan los primeros acordes estáis con vuestros brazos levantados, alzando vuestro móvil lo más alto posible para conseguir unas tomas movidas y de poca calidad que más tarde en casa repasaréis con una sensación situada entre la decepción y la melancolía.
No es necesario. Me parece de completo imbécil perderte unos momentos irrepetibles porque estuviste grabando unas imágenes que luego, cuando las vayas a ver, no te transportarán de nuevo al momento, ni te harán sentir una décima parte de lo que podrías haber disfrutado cantando, saltando, bailando... dándolo todo.
Definitivamente no merece la pena.
Gritad, sentid, disfrutad como cerdos en el barro, porque conciertos no hay dos iguales y si quieres recordar aquel gran día solo tienes que buscar en youtube lugar, fecha y grupo y te sorprenderás con la cantidad de imbéciles que pasaron aquella noche sin deleitarse la mitad que tú.
Buenas noches queridos lectores, escribiré pronto.
Daniel Mata- Alma gemela