jueves, 5 de octubre de 2023

Gabriel García Márquez- 100 años de soledad

 Esto lo escribí en octubre de 2021


’El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señarlas con el dedo’’

Así comienza la historia de la familia Buendía y el pueblo de Macondo. 100 años de guerras, fiestas, trabajo, fantasía, amor, corrupción, sexo, responsabilidades, desenfreno… 100 años de soledad.


Sin haber leído mucha novela hispanoamericana creo que he encontrado el puntito (que no os engañe el diminutivo) de realismo mágico que me gusta. Para los que hayan tenido mala experiencia con este estilo, les aseguro que no encontraréis en este libro paranoias metafísicas como las de Juan Rulfo en Pedro Páramo: no te encontrarás perdido en la complejidad y lo enrevesado de cada oración, ni tampoco en las distintas líneas temporales o de realidad que se superponen. Al revés, todo se presenta claro, sin demasiados rodeos, a bocajarro.

Hay una constante de ilusión o fantasía atada a los aspectos más serios y cotidianos de la vida de los personajes de Macondo, una constante que no deja de hacerte imaginar gitanos voladores en mantas, mariposas que revolotean siempre alrededor de la misma persona, o ascensiones bíblicas desde el patio de tu casa. Una constante que te ve reír y sonreír, y que indudablemente provoca que sigas leyendo. De alguna forma es como permitirte, aunque solo sea mientras lees, volver a tener la inimitable capacidad de imaginación de un niño pequeño.

En el mismo sentido, el libro está cargado de exageraciones, brutalidad y revelaciones explícitas que inevitablemente captan tu atención. Todo es intenso, cargado de significado y sentimiento. Tanto es así que a veces necesitas que el capítulo acabe para darte un respiro, asentar lo que has leído y descansar un poco antes de seguir leyendo barbaridades. Una mezcla genial y adictiva.

Y que nadie me malinterprete, toda esta parafernalia es solo el adorno -recargado, intrínseco, esencial, pero adorno- del devenir de la amplia familia Buendía en el cambiante pueblo de Macondo. Tanto la primera como el segundo en constante evolución, creando nuevas relaciones e historias a cada página, dándonos lecciones e historias de y para toda una vida.

Algunos ejemplos de todo lo anterior:

‘’Pronto adquirió el aspecto de desamparo propio de los vegetarianos. La piel se le cubrió de un musgo tierno […], y su respiración exhaló un tufo de animal dormido’’

‘’La pusieron a orinar en ladrillos calientes para corregirle el hábito de mojar la cama’’

‘’En la escuela desportillada donde experimentó por primera vez la seguridad del poder, a pocos metros del cuarto donde conoció la incertidumbre del amor, Arcadio encontró ridículo el formalismo de la muerte. En realidad no le importaba la muerte sino la vida, y por eso la sensación que experimentó cuando pronunciaron la sentencia no fue una sensación de miedo sino de nostalgia’’

‘’y que en cualquier lugar que estuvieran recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda la primavera antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera’’

Cambiando de tema, García Márquez consigue hacer atractivo lo que para los lectores ávidos de acción y sentimiento suele ser tedioso: las descripciones. Lo logra de dos formas distintas:

En primer lugar, es para mí un gran acierto la decisión de escribir pocas descripciones clásicas de personajes o lugares. En la mayoría de novelas es común al introducir un personaje destacar primeramente el color de sus ojos o de su cabello, su estatura o su vestimenta. Con la cantidad de personajes y rincones distintos que aparecen en esta novela, de haberse dado este esquema recurrente, acabaríamos agotados y desconectados.

En cambio, García Márquez introduce en esta obra a muchos de sus personajes a quemarropa, revelándonos sus acciones o características más interesantes desde el primer momento. En lugar de grandes ojos y narices pronunciadas, el autor reseña manías, leyendas familiares o peculiaridades extravagantes.

Por otra parte, ésta con mucho más valor literario, cuando nos presenta algo nuevo lo hace con detalle de cosas que realmente llaman la atención, y que te ayudan a formar una idea más representativa del personaje o el lugar. Hace uso de exageraciones desorbitadas, calificativos groseros, particularidades impúdicas, características irrisorias… todo para hacer que esa nueva identidad que está presentándonos se nos haga más tangible, más precisa.

Además, al haber en el libro tanta mezcla de familiares con nombres y actitudes similares, estas pistas nos ayudan a ubicarnos en más de una ocasión. García Márquez hilaba muy fino.

También se utilizan calificativos que hacen referencia a la personalidad del personaje o el lugar. Sí, aquí los sitios tienen personalidad. Esto aporta un extra de curiosidad por conocer más al elemento en cuestión. Estas descripciones serán también exageradas, retorcidas y, sin duda, necesarias y divertidas. Para los personajes y lugares que nos acompañan durante más páginas, en la novela se suelen recalcar las particularidades que los identifican, tratando de demostrarnos que pocas veces se producen cambios significativos: más bien todo sigue igual o cambia cíclicamente.

Algunos ejemplos:

’Pero mientras, éste conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar a un caballo agarrándolo por las orejas’’

’Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión’’

’Era silencioso y retraído. Había llorado en el vientre de su madre y nació con los ojos abiertos. Mientras le cortaban el ombligo movía la cabeza de un lado a otro reconociendo las cosas del cuarto, y examinaba el rostro de la gente con una curiosidad sin asombro’’

Para finalizar no quisiera pasar por alto la recomendación más repetida y útil para afrontar esta lectura: coge una cuartilla y empieza a dibujar un árbol genealógico. No dejes de anotar ningún personaje de la familia, ni tampoco sus relaciones de sangre y de amores. En internet hay muchos ya hechos, con diseños atractivos y visuales. Aun así, te aseguro que da más gusto montarte tu propio esquema, entre otras cosas porque seguramente te equivoques en algo y acabes creando una pequeña variación en la historia que la hará únicamente tuya. No te esmeres en hacerlo bonito; lo vas a llenar de tachones y flechas.


Ojalá esto os anime a leerlo.

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