Es esa compañera de la que no estoy demasiado orgulloso y de la que intento librarme cada día. Ella, sin importarle mi repulsión -que es casi odio-, me acompaña a cualquier parte procurando no hacer demasiado ruido, como en standby. Claro que cuando me enfrento a cualquier acontecimiento que genera en mí la más mínima duda, se muestra en todo su esplendor, haciendo gala de su fuerza y recordándome, desafiante: ''tú no eres tú sin mí''.
Resulta infalible. Desde qué paquete de chuches comprar hasta si mi postre será manzana, pera o queso blanco con carne de membrillo, pasando por si debo comprar la sudadera roja o azul.
Es realmente jodido. Sería solo jodido de no ser porque, después de la más que difícil decisión, no conforme con el mal trago pasado, me dedico a reflexionar profundamente sobre qué pasaría si hubiera tomado la otra opción.
La cuestión es que hasta hace poco he convivido medianamente en paz con ella; aunque me ha estado molestando, la repercusión de mis decisiones era despreciable en comparación con la que se me viene encima en aproximadamente dos meses: qué grado estudiar. Y presiento que ahora, cuando más necesito que haga las maletas y deje paso a su archienemiga la determinación, va a golpear más fuerte que nunca.
De lo que no albergo ninguna ninguna duda es de lo que se anuncia en este cartel y de que espero de que todos me acompañéis en un día tan especial.Mi amigo Miguel Aguirre y yo daremos voz al espíritu literario que anida en la juventud más valiente en una actuación en la que relataremos algunas reflexiones y hazañas de forma amena y divertida, utilizando las formas de comunicación que más nos gustan: prosa, verso, música...
Ahora sí que sí... ¡nos vemos pronto queridos lectores, un abrazo!
