¡Buenas noches queridos lectores! Largas lunas han pasado desde la última vez que escribí, pero ya estoy aquí.
Vuelvo para acometer contra uno de mis objetivos favoritos: los grandiosos Estados Unidos de América. Y sin mas dilación...
Donald Trump: ejecutivo, político, empresario, millonario y precandidato a las elecciones presidenciales de 2016 por el Partido Republicano, donde lidera, con cierto margen, la carrera contra sus compañeros de partido. Un personaje que cada vez más asiduamente vemos en los medios de comunicación de todo el mundo y no precisamente por sus apariciones acertadas.
Un candidato que defiende la creación de un muro en la frontera con México(que debería ser pagado por el gobierno mexicano) para así evitar la entrada de inmigrantes ilegales, a los que además califica, sin ningún tipo de pudor, de corruptos, delincuentes y violadores. Quizás alguien debería recordarle al neoyorkino que el país que aspira a presidir fue fundado precisamente por inmigrantes.
Entre otras de sus declaraciones encontramos la petición de negar la entrada a todos los musulmanes a su país para protegerse de la yihad, o la firme creencia de que el calentamiento global es una farsa y que ha sido "creado por y para los chinos, para hacer que el sector manufacturero estadounidense pierda competitividad. Y se queda tan tranquilo.
Pero bueno, todo esto no es tan malo al fin y al cabo. Locos hay en todos lados, siempre han existido y siempre existirán. El problema radica en que este hombre atrae con sus medidas (y con su seductora sonrisa) a millones de yanquis. ¿Qué tipo de población confía en alguien así para dirigir su país? ¿Qué tipo de personas ven en este ''no-ser humano'' una solución?
Si finalmente Trump llega a la Casa Blanca, estoy seguro de que el proceso le resultará familiar, ya que, como dijo Snoop Dog, no sería la primera vez que echa a una familia negra de su casa.
Os diría que escribiré pronto, pero ya ni yo me lo creo del todo. Así que me despido con un: ¡volveré queridos lectores!
