domingo, 12 de enero de 2020

Lecturas 2019

He pensado que, quizá, escribir algunas palabras sobre los libros que en el año 2019 han pasado por mis manos puede resultar de ayuda para alguien que encuentre sus días y/o pasatiempos excesivamente largos y/o vacíos. En orden cronológico:

1) Arturo Pérez-Reverte. Cabo Trafalgar. novela históríca de la famosa batalla naval entre británicos y españoles/franceses. Si estás familiarizado con el vocabulario del mar y los barcos, debe ser apasionante; si no es así, con toda seguridad estarás buscando palabras en el diccionario constantemente, lo cual es muy probable que te frustre.

2) Herman Hesse. Siddharta. El primero de los 3 de este autor que he leído, según el orden que mis queridos amigos Roge y Manu me recomendaron. Inspiracional y reflexivo, si tú también lo eres. Quédate bien con lo que se dice del río.

3) Tomates verdes fritos. Fannie Flag. Es posible que hayas visto la película. Es probable que, de haber hecho lo anterior, el romanticismo de las historias que contaba Ninny en la residencia te hiciera desear haber nacido un siglo antes. Es una realidad que el libro triplica el la cantidad, detalle y sentimiento de las historias. Si después de él tus aventuras te parecen algo insípidas, estoy contigo amigo.

4) Herman Hesse. El lobo estepario. La última entrada de este blog es una reseña de este libro. Sin duda, el que más he disfrutado de esta lista.

5) Ken Follet. Los pilares de la tierra. Si se te viene a la mente un masacote de paginas con letra muy pequeña estás en lo cierto. Una de las mejores historias de aventura medieval que he leído, junto con La catedral del mar (una historia que guarda bastantes similitudes, pero ambientada en Barcelona) y El sanador de caballos.

6) Hernest Hemingway. El viejo y el mar. Tras la lectura anterior necesitaba un libro corto y alguien me recomendó éste. Lo leí en el trayecto Sevilla-Varsovia y en dos ratos libres del viaje. No saqué casi ninguna satisfacción de él; que me perdonen los eruditos.

7) Camilo José Cela. La familia de Pascual Duarte. Has oído hablar de él en el instituto. Consiguió con creces quitarme el mal sabor de boca del libro anterior -tampoco era difícil, para ser justos-. Lo leí en los otros dos ratos libres del viaje y en el avión de vuelta -sí, el viaje en cuanto a lecturas resultó precioso y redondo-. Una historia crudísima, redactada de una forma muy original (varios manuscritos de diferentes personajes) que te hace recordar lo que las películas navideñas nunca muestran. En su brevísima extensión está plagado de refranes, referencias al medio y al habla rural, lo cual es un aliciente más para los que, por sureños, podemos entenderlos.

Ambientado en gran parte en Torremejía, pequeño pueblo pacense que del que es natural uno de mis primeros amigos de la facultad. Hace menos de un mes paramos en una gasolinera cuando iba en dirección Gredos; lugares históricos insospechados.

8) Yuval Noah Harari. Sapiens- de animales a dioses: una breve historia de la humanidad. Con clarísima intención didáctica, el historiador israelí hace un compendio de la evolución del ser humano desde que éramos cazadores-recolectores hasta el día de hoy, aventurándose un poco a hablar, también, del mañana. Divide la obra en 4 revoluciones entre las cuales destaco, por sorprendente, útil y reveladora para mi persona, las dos primeras: cognitiva y agrícola.

Si os gustan las cavilaciones futuristas, el mismo autor ha escrito Homo Deus, que indaga más en el futuro de la humanidad. Sabiendo que la última parte del libro anterior (la que hablaba del porvenir) fue la que menos me gustó, además de algunas opiniones en contra, no voy a leerlo. Pero ahí queda, por si os place.

9) Herman Hesse. Demian. De los 3 de este autor que he leído este año, el que menos disfruté, a pesar de ser el más alabado por Roge. Eso sí, bien recuerdo que el capítulo 6: La lucha de Jacob, me hizo conectar. 

10) Mario Benedetti. Primavera con una esquina rota. Sí, es el mismo autor que el de alguno de los versos que acompañan las fotos de Instagram de felices y enamoradas parejas. Recomendado varias veces, decidí comenzarlo a principios de septiembre, en Asturias. También está escrito de una forma muy original, que permite entender fácilmente la cantidad de conflictos que pueden causar en las personas desaveniencias como la persecución política y el desamor. Abuelo, padre, mujer, hija y amigo, todos tienen algo que decir en esta historia.

11) Gore Vidal. Juliano el Apóstata. Recomendado por mi profesor y amigo Modes. El historiador y novelista americano cuenta la historia del emperador romano que intentó poner freno al creciente cristianismo en beneficio del ya moribundo helenismo. Es del tipo de libros que necesita ser acompañado de un papel de anotaciones con nombres, fechas, lugares etc. si quieres de verdad sacarle partido. Te servirá, además, para aprender bastante historia y cultura clásica

12) Bertrand Rusell. La conquista de la felicidad. Dividido en dos partes: causas de la infelicidad y causas de la felicidad. Bajo mi punto de vista, mucho más útil la primera: te hace asimilar, en capítulos breves, como cosas estúpidas como el sentimiento de pecado, o el aburrimiento y la excitación, pueden plagar nuestras vidas de desdicha. Aunque te parezca mentira, recuerda, mientras lo lees, que está escrito antes de 1930.

13) Herbert George Wells. La puerta en el muro. Es un breve cuento en el que un amigo le cuenta a otro como una vez, cuando niño, vio y entró por una puerta mágica. A lo largo de su vida fue reencontrando, a veces, esa puerta. ¿Pudieron más los recuerdos de la aventura infantil o las obligaciones del hombre adulto?

14) Stephen King. Doctor Sueño. Lo leí porque quería volver a pasar miedo con un libro -sólo lo consiguió El Resplandor, del mismo autor- y porque hicieron una peli hace poco, así que pensé que antes de verla quería conocer la historia original. Es una especie de prolongación de la historia del Overlook Hotel en el que el personaje principal es Daniel Torrance, hijo de Jack, protagonista de El Resplandor. No da miedo y no saqué demasiado disfrute de él pero, como puro entretenimiento, nada mal. Por suerte, Stephen King hace una justificación -necesaria pero no cabal- de la obra, en la que de paso menciona las que son, a su parecer, sus obras más terroríficas; no volveré a fallar.


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